domingo, 17 de mayo de 2009

Eurovisión

Ayer, después de muchos años, y entreverado con ocasionales visitas al Real Madrid Villareal, estuve asistiendo al festival de Eurovisión, un espectáculo que a fuer de ser caricatura de la cultura popular se ha convertido en precisamente un espejo de los gustos mayoritarios de la plebe.

Lo primero que se percibe en los shows presentados es que el gusto popular ha evolucionado a una mezcla de music-hall y circo del sol, con los inevitables toques eróticos, muy lejos de las puestas en escena sobrias de cantante con orquesta, tipo Frank Sinatra con Tommy Dorsey, y muy cerca de Fantasia de Walt Disney.

Lo segundo es que Europa es un mosaico de bloques en el que los grandes países tradicionales, como Francia, Alemania o España, están muy solos y no cuentan para nada.

Había que ver a la representante de la Former Yugoslavian Republic of Macedonia, votando a Bosnia y a ... ¡Turquía!. La geopolítica en su pleno esplendor. La vuelta de los viejos imperios.

En cuanto al enésimo fracaso español, solo se puede constatar que la música popular española se encuentra en un estado de lamentable falta de creatividad. Como nos ha dado por lo "latino" todos nuestros cantantes imitan a los ídolos colombianos, (o de donde sean), con canciones que no solamente son malísimas, sino que producen sonrojo.

A los espabilados de la industria de los contenidos española no se les alcanza que una cosa es la musica discotequera que sirve para desahogar las cogorzas de alcohol barato de la costa, y otra hacer una canción sencilla y agradable, como la que terminó ganando ayer.

Se vé que nuestros expertos como ven que a los extranjeros les pone lo latino en sus vacaciones etílicas, pués eso quiere decir que también les gustará cuando estén sobrios.

El resultado indica que esto no es así.

La música popular española está en una situación lamentable desde hace muchos años, y el factor Operación Triunfo no ha hecho mas que empeorar las cosas hasta extremos dificilmente recuperables.

Siempre he dicho que la entrada del marketing en la música popular fué su perdición y lo mantengo. Pero hay países que dán algun génio también en el marketing. No es nuestro caso.

La mezcla de una plebe escandalosamente inculta con unas clases dirigentes egoistas y mezquinas no solo da como resultado a Zapatero. También a Soraya.

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