Vaya talento el de los guionistas y productores de la nueva versión de la saga Star Treck, que consiguen convertir una serie de culto para los baby-boomers, (los que ya ha cumplido los sesenta y los que estamos a punto de cumplirlos), en una serie para el consumo adolescente.
El último plano de la película con el puente de mando de la Enterprise gobernado por un grupo de jovencitos, es absolutamente genial. Estoy seguro que el público juvenil de todo el mundo se ha sentido tan identificado con este grupo de protagonistas como nosotros nos sentíamos en aquellos lejanos años sesenta.
Y que talento igualmente el de los del casting, que nos dan unas imágenes mejoradas pero creibles, de los algo cutres personajes de la serie original, comenzando por el capitan Kirk, y terminando por el inefable (en el original), Scotty.
Que decir de Spock, aunque aquí hemos tenido todo este tiempo a Ibarreche, que tanto se le parecía, física e psicologicamente. El nuevo Spock resulta creible incluso cuando aparece comparado con el original Leonard Nimoy.
Cuanto talento hay en Hollywood, y cuanto riesgo financiero.
Yo me imagino la primera vez que fueran los autores de la idea a pedir 100 millones de dólares para resucitar una serie venerable, en un mundo que considera que este cine se dirige fundamentalmente a los adolescentes.
Pero me imagino también la sensación de triunfo que ahora mismo deben tener.
Me quito el sombrero.
Por cierto que ayer, mientras volvía a casa pensaba: ¿no resulta sospechoso que la mayor parte de las películas vayan dirigidas precisamente al público que más piratea?
¿Donde está la trampa?
sábado, 16 de mayo de 2009
Vuelve el Enterprise
Publicado por Antonio Cordón a las 18:19
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