jueves, 7 de mayo de 2009

Sobre la verdad

Hoy me pongo filosófico y voy a dedicar unas líneas a un asunto del que parece que nadie quiere enterarse. Me refiero a la verdad y a su creciente pérdida de valor.

Viene al hilo del partido de ayer. Cometió el Barcelona tres penalties a cual mas clamoroso. El tercero una mano perfectamente nítida que cortaba la trayectoria del balón y que se pudo ver perfectamente.

No voy a hablar del árbitro, que el sabrá a que obedecía su a mi entender vergonzosa actuación, sino de los locutores de canal plus, que a pesar de lo clarísimo del penalty, insistían en que el jugador la había tocado con el pecho.

Se repitió la jugada y todavía se pudo ver con mayor claridad, y aún así el locutor lo negaba.

Y digo yo, ese señor ¿para que está?

Si se trata de un forofo del Barcelona a quien pagamos el sueldo los suscriptores del Canal Plus, debería aclararse. Por ejemplo debería decirlo antes de comenzar la retransmisión: soy del Barsa. No esperen de mí ninguna imparcialidad.

Pero es que la prensa en general tampoco ha dicho casi nada sobre la realidad del partido. Un partido en que el Barcelona solo tiró una vez entre los palos.

Por el contrario todo el mundo ha glosado la superioridad ¿? culé.

Me parecería lógico que eso lo dijera el boletín del equipo, o que lo dijeran los comentaristas barcelonistas, pero ¿ese tupido velo que han corrido todos los medios sobre el mas que sospechoso arbitraje?

¿Alguien se imagina lo que hubieran escrito los mismos "periodistas", deberíamos llamarles hagiografos culés, si el arbitraje hubiera sido al contrario?

¿Pero es que nadie en los medios de comunicación tiene la más mínima verguenza?

Me parece que no. Los periodistas se han convertido en payasos al servicio de las masas y de la verdad establecida por los pastoreadores de esas mismas masas.

Esos que deciden de que hay que hablar y de que callar.

Hoy el gusto de las masas se ha convertido en ley y si toca jalear al Barsa, pues a jalearle sin dejar que la realidad te estropee una buena orgía populista.

Al fin y al cabo de lo que se trata es de tener audiencia, no de contar lo que de verdad sucede. No importa si lo estamos viendo. Se vende la historia que se quiere vender con total desverguenza y se confia en que la masa se creerá lo que se quiere creer y no lo que ha visto.

El partido de ayer quedará como una infamia para cualquiera que no sea un forofo culé, y los locutores que lo retransmitieron y los que lo han glosado hoy como unos falsarios al servicio de sus amos publicistas.

Una verguenza.

PD. Se habla hoy de la fusión entre la Cuatro y la Sexta, y del fin de la guerra del futbol que estaba matando a ambos. Parece que el PSOE zapateril se ha impuesto al viejo PSOE de la transición.

Vamos directos a 1984 de Orwell y su ministerio de la verdad. La retransmisión de ayer es una buena prueba.

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