Las ansías de Google de ordenar toda la información del mundo parece no tener fin. Con su servicio Google Health, puesto en marcha la semana pasada, la compañía sigue entrando en el terreno más personal de los individuos. Si no fuese suficiente con gestionar su correo, lista de contactos, y calendario, ahora ofrece la "oportundiad" de encargarse también de los datos médicos.
El servicio, que en su versión completa sólo funciona en EEUU, dejando para el exterior una mera representación existencial, supone un repositorio personal de información médica. Enfermedades, medicamentos tomados, grupo sanguíneo, peso, altura.... desde lo más inocente a la información más privada, todo tiene cabida en Google Health.
Obviamente, el servicio despierta como mínimo una serie de planteamientos morales. ¿A quién le estoy dando yo está información? Parece ser que no nos preocupa que Google conozca nuestro correo personal, pero causa cierta indignación que pretendan saber nuestro grupo sanguíneo. Recuerdo que hace 15 años nos parecería impensable permitir que ninguna compañía leyese nuestras cartas, por mucho que nos dejase enviarlas gratis. La percepción de los niveles de servio cambia con el tiempo.
Siempre existirá el consuelo de los acuerdos de privacidad de los servicios de Google. No hay nadie leyendo nuestra información, sino que la publicidad contextual es gestionada mediante software que busca palabras clave entre el texto. No obstante, guardar toda esa información al alcance de una contraseña, muchas veces de baja seguridad, no inspira mucha confianza. Pero como digo, no tanto por culpa de Google como del propio usuario.
Y en este momento, yo me pregunto, ¿pensará Google monetizar este servicio a base de publicidad contextualizada? Si introduzco como dato que estoy constipado, ¿me recomendará medicamentos para curarlo? Una idea un tanto escabrosa, la verdad....
Finalmente comentar que, si bien esta no me parece la forma ideal, sí que creo en la necesidad (no idoneidad, necesidad) de que exista un repositorio digital en la red con los datos sanitarios de cada persona, estructurada de una manera clara y estandarizada. Una base de datos que funcione a nivel global, que sea accesible anywhere anytime. La situación en la que se guardan varios registros en papel, cada uno en un sólo centro o consulta médica, es algo muy poco eficiente e incluso peligroso, si atendemos al carácter de la información. Ahora, que el repositorio sea "propiedad" de una o varias compañías, o de los Estados, eso es algo que no sé juzgar. Como siempre, creo que las compañías le sacarían un mayor provecho, pero con un mayor grado de peligrosidad para la sociedad.
En cualquier caso, la pregunta que se hace todo el mundo, ¿hasta dónde llegará Google?
El servicio, que en su versión completa sólo funciona en EEUU, dejando para el exterior una mera representación existencial, supone un repositorio personal de información médica. Enfermedades, medicamentos tomados, grupo sanguíneo, peso, altura.... desde lo más inocente a la información más privada, todo tiene cabida en Google Health.
Obviamente, el servicio despierta como mínimo una serie de planteamientos morales. ¿A quién le estoy dando yo está información? Parece ser que no nos preocupa que Google conozca nuestro correo personal, pero causa cierta indignación que pretendan saber nuestro grupo sanguíneo. Recuerdo que hace 15 años nos parecería impensable permitir que ninguna compañía leyese nuestras cartas, por mucho que nos dejase enviarlas gratis. La percepción de los niveles de servio cambia con el tiempo.
Siempre existirá el consuelo de los acuerdos de privacidad de los servicios de Google. No hay nadie leyendo nuestra información, sino que la publicidad contextual es gestionada mediante software que busca palabras clave entre el texto. No obstante, guardar toda esa información al alcance de una contraseña, muchas veces de baja seguridad, no inspira mucha confianza. Pero como digo, no tanto por culpa de Google como del propio usuario.
Y en este momento, yo me pregunto, ¿pensará Google monetizar este servicio a base de publicidad contextualizada? Si introduzco como dato que estoy constipado, ¿me recomendará medicamentos para curarlo? Una idea un tanto escabrosa, la verdad....
Finalmente comentar que, si bien esta no me parece la forma ideal, sí que creo en la necesidad (no idoneidad, necesidad) de que exista un repositorio digital en la red con los datos sanitarios de cada persona, estructurada de una manera clara y estandarizada. Una base de datos que funcione a nivel global, que sea accesible anywhere anytime. La situación en la que se guardan varios registros en papel, cada uno en un sólo centro o consulta médica, es algo muy poco eficiente e incluso peligroso, si atendemos al carácter de la información. Ahora, que el repositorio sea "propiedad" de una o varias compañías, o de los Estados, eso es algo que no sé juzgar. Como siempre, creo que las compañías le sacarían un mayor provecho, pero con un mayor grado de peligrosidad para la sociedad.
En cualquier caso, la pregunta que se hace todo el mundo, ¿hasta dónde llegará Google?
No hay comentarios:
Publicar un comentario