Y no hablamos de la operadora de cable española, aunque a buen seguro está recibiendo un montón de publicidad gratis en el día de hoy. Al ONO que me refiero es un software de nosequé universidad de EEUU que por lo visto acelera en más de un 200% la velocidad de las descargas en compartición de archivos mediante sistemas P2P.
Por lo visto las pruebas confirman la sentencia y ya ha sido descargado por más de 200.000 personas. Su funcionamiento se basa en la localización de ficheros buscados en ordenadores físicamente cercanos al origen, generando caminos más cortos para los datos y menos tráfico en la red.
La realidad es que el software P2P sigue avanzando inexorablemente, a pesar de las críticas y los intentos de cierre. En su mayoría son programas libres y todos de uso legal, por mucha desinformación que se quiera transmitir. La compartición de bits es un fenómeno social sin precedentes, derivado de la eliminación de las barreras físicas y la democratización de las redes. Existe como lo hacen las nubes y los virus, ya son parte del marco que nos ha tocado vivir. No sirve de nada luchar contra ellos ni acusarlos de encarnación del mal. Son simples herramientas que, una vez inventadas y distribuidas, forman parte de la red.
Por lo visto las pruebas confirman la sentencia y ya ha sido descargado por más de 200.000 personas. Su funcionamiento se basa en la localización de ficheros buscados en ordenadores físicamente cercanos al origen, generando caminos más cortos para los datos y menos tráfico en la red.
La realidad es que el software P2P sigue avanzando inexorablemente, a pesar de las críticas y los intentos de cierre. En su mayoría son programas libres y todos de uso legal, por mucha desinformación que se quiera transmitir. La compartición de bits es un fenómeno social sin precedentes, derivado de la eliminación de las barreras físicas y la democratización de las redes. Existe como lo hacen las nubes y los virus, ya son parte del marco que nos ha tocado vivir. No sirve de nada luchar contra ellos ni acusarlos de encarnación del mal. Son simples herramientas que, una vez inventadas y distribuidas, forman parte de la red.
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