viernes, 16 de mayo de 2008

Vendiendo productos caseros

Es increíble la cantidad de gente que se ve en las grandes superficies dedicadas al ocio o entretenimiento (véase Fnac, El corte inglés, etc.). Sin duda alguna, la crisis ya está aquí, la gente se lamenta de la falta de dinero y el horizonte no hace más que pintar oscuro. Pero estas premisas no privan a la gente de fluir como auténticas riadas humanas hacia los cajeros de los mencionados centros.

Sinceramente, no puedo decir que conozca si ha habido baile de cifras referentes a las ventas en el Fnac (por poner un ejemplo) en los últimos años. Pero la visión de la cantidad de gente que se pasea por allí a cualquier hora del día, cualquier día de la semana, me hace pensar que las ventas han debido de subir.

Libros, música, DVD's, videojuegos.... son propuestas de ocio que están pensados para ser disfrutados en interiores, muchas veces en grupo. La tendencia anticíclica de sus ventas (su consumo aumenta durante una crisis económica como la actual) puede resultar antiintuituva en un principio, pero bien pensado, es algo lógico.

Cuando la gente no puede comprarse casas debido a su alto vergonzosamente exagerado precio, no puede gastarse el dinero en viajes, y salir por la noche se convierte cada vez en una actividad más cara, ha de quedarse en casa. En casa leyendo, escuchando música, viendo películas o jugando videojuegos.

Interesante situación la de estos últimos, que están viviendo una auténtica edad de oro, gracias a una confluencia de varios factores. Más allá de los efectos anticíclicos, nos encontramos con la aparición de las consolas de nueva generación, que han permitido unas cotas de realismo en mundos virtuales no antes conseguida. Además, la Wii de Nintendo ha revolucionado el concepto "videojuego", ampliando enormemente la base de clientes potenciales y proponiendo otra forma de jugar en grupo. Por último, la presencia de la consola en el salón, el abandono de "la habitación del niño", el desplazamiento de juegos desde los PCs a los set top boxes y una nueva generación de trabajadores criados bajo la tutela de Mario, han hecho el resto.

Mientras las cosas sigan económicamente mal, no me cabe duda alguna de que seguiremos viendo el Fnac lleno. Al fin y al cabo la sociedad capitalista nos impulsa a comprar y comprar, para que las ruecas de la sociedad sigan girando. Si no se pueden comprar casas, en algo habrá que gastarse el dinero....

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